27 de junio de 2013

Qué ganas de estar en una isla desierta, cierto? , que solo tengas cerveza y mota. Qué ganas de no darle explicaciones a nadie. Qué ganas de salir corriendo.
Esa maldita sensación de querer ir lejos, agarrar tus cosas y seguir un camino sin rumbo fijo. No te imaginas  cuánto necesito alejarme de  los enredos amorosos, los problemas, las ramos de la universidad, las redes sociales, del tiempo y por sobre todo alejarme de mis emociones. 
Es como si mi cabeza fuese una bomba de tiempo con 30 segundos, que explotará en cualquier momento.
cómo me gustaría no saber de nadie (sin ofender).
Necesito tomar otro aire, si, necesito sentir el sol  de invierno que intenta calentar mis ropas y mi piel. necesito caminar por las calles y no ver caras conocidas, necesito sentirme como una anónima, aunque sea por sólo un momento. sin que te pregunten que te sucede.
muchos dirán lo cobarde que soy al decir esto, pero a veces es momento de hacer una pausa en nuestras  vidas y salir de nuestros cuerpos para poder apreciar nuestros actos, nuestras sensaciones, nuestras vidas. 


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